Obtenida de las semillas tostadas y molidas del grano del café,
esta bebida es de las más adoradas, tanto que es preparada en varias ocasiones
en los hogares, bien sea en la mañana, en la tarde o en la noche. Sin embargo,
pese a este amor por esta negra infusión, es normal que se comentan algunos
errores al momento de adquirirlo, prepararlo o consumirlo.
Al comprarlo…
Es
común, cuando se va al mercado, comprar cualquier café. Lo ideal es buscar los
que tengan una fecha de tostado o elaboración no mayor de seis meses. De esta
manera se conservará mejor su sabor.
Si va a
molerlo, tenga paciencia
Cuando
es molido, pierde sus propiedades y componentes aromáticos. Por esta razón, si
se adquiere en granos, se aconseja molerlo justo antes de su preparación.
¡Atentos
con las medidas!
Al
realizar esta infusión, las medidas suelen ser calculadas al “ojo por ciento”.
No obstante, estas deben respetarse para obtener el sabor ideal. Se sugiere
utilizar 60 gramos de café por cada litro de agua y ajustarse a esta
proporción.
El
agua, factor muy importante
El
líquido utilizado debe ser lo más limpio posible. Los expertos comentan que 98%
del café es agua, y si esta no es tan pura, afectará el resultado.
No
reservar en cualquier sitio
Para
guardarlo, generalmente se emplea cualquier recipiente común. Sin embargo, lo
adecuado es conservarlo en un envase hermético y completamente sellado.
Limpiar
bien…
Los
implementos con los cuales se hace el café a veces se vuelven a usar sin que
estén bien limpios. Los restos solo harán que la bebida se oxide, alterando su
sabor y propiedades. Las cafeteras y filtros se deben mantener cuidados.
Siguiendo
estas instrucciones, se evitarán esos pequeños errores que alteran el exquisito
sabor del café, el gran aliado de muchos.
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