viernes, 27 de marzo de 2015

7 tips para escoger un vino de regalo




No. 1 El vino que se regale debe reflejar, de alguna forma, el gusto o preferencias del destinatario. Y si se lleva como aporte a alguna celebración, asegúrese de que encaje con el espíritu o propósito general de la reunión.
No. 2 Por ningún motivo lleve un espumante, blanco o rosado, a baja temperatura. El mensaje es inequívoco: o no se tomó la molestia de sorprender al anfitrión —sino que echó mano de la primera botella que encontró en el refrigerador— o, simplemente, está sugiriendo que la abran al momento de su llegada.
No. 3 Si no es experto, déjese asesorar: diríjase a una tienda especializada y solicite ayuda. Por lo general, estos lugares cuentan con sommeliers o vendedores profesionales, precisamente para que los clientes salgan satisfechos. Los únicos parámetros que debe entregarles es un rango de precio, el propósito del regalo y un par de datos sobre el estilo o gustos del dueño de casa. Con estos datos a la mano, el dependiente seguramente le ayudará a encontrar la elección más acertada.
No. 4 Si su presupuesto es limitado, quizá deba descartar los vinos europeos. Esto se debe a que, en la mayoría de los casos, estos productos pagan altos aranceles de importación y su precio al consumidor final termina siendo elevado. En cambio, la oferta de países del Nuevo Mundo, como Chile o Argentina, se ajusta a la mayoría de los bolsillos, incluyendo algunas de sus marcas más reconocidas. Aunque algunos vinos de estas dos procedencias son costosos, los demás brindan una buena relación calidad-precio y nunca defraudan. Igualmente, puede preguntar por novedades de otras zonas de origen, como California, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica o Uruguay.
No. 5 Por otro lado, siempre tenga en cuenta que un champán, cava o espumoso sugieren regocijo y celebración y, por esta razón, siempre deleitan. Eso sí, cuídese de los productos de bajo precio, porque están dirigidos a nichos populares. Son de baja complejidad y, en consecuencia, no generan una buena impresión.
No. 6 No descarte la posibilidad de llevar un vino de cosecha tardía. Es cierto que se trata de una bebida para el postre, pero, por lo mismo, muestra su nivel de originalidad, porque, por lo general, nadie piensa en ellos. Y ojo: no son vinos excesivamente baratos.
No. 7 Opte por vinos informales o inesperados. En el primer caso, considere un Prosseco italiano que, sin ser un espumoso, tiene un porcentaje suficiente de gas carbónico para hacerlo llamativo. En el segundo caso, lleve un vino orgánico, biodinámico, austríaco o alemán, porque así estará saliéndose de lo común. Y eso no está mal.

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