
Curiosa, atrevida y con entusiasmo efervescente la chef cartagenera Leonor Espinosa se ha ido labrando un camino lleno de éxito en los fogones, consagrando a su restaurante Leo Cocina y Cava en la prestigiosa lista de los 50 Mejores Restaurantes Latinoamérica, por segundo año consecutivo.
La vida de la cocinera colombiana no estuvo siempre dedicada a la gastronomía. Estudió economía y trabajó por muchos años en publicidad, sin embargo su vida siempre estuvo regida por el arte en todas sus formas. Al cumplir 35 años Leonor decide reinventarse, deja atrás su carrera profesional en el área publicitaria y toma un nuevo rumbo en el que pueda expresarse como artista: la cocina.
Para ella, que desde niña anhelaba dedicarse al arte, la cocina es una forma de pasión creativa, en la que es libre de expresarse y complacer la sangre artística que le corre por las venas, así reivindicar y reconciliar la colombiana. “A través de la cocina encontré que podía saciar esa necesidad de hacer arte. Soy artista plástica, tengo formación de artista plástica y esa fue la razón; me di cuenta que tenía ciertas habilidades para la cocina y empecé a verla desde el punto de vista de arte, sobretodo arte contemporáneo, investigación, darle valor a un plato a través de su historia y de conceptos modernos básicamente”, expresa son entusiasmo la chef.
La cocina de Espinosa es un culto a la tradición colombiana. Para la chef, el foco central ha reconciliar el paladar de sus comensales con las raíces típicas colombianas en el marco de la innovación, vanguardia y arte en cada uno de ellos. Este ideal lo ha tenido claro desde el principio. “Cuando ya estaba en todo este proceso de cocinar, yo tenía muy claro que mi concepto iba a ser una cocina colombiana moderna, para trascender en la innovación es necesario conocer la tradición. Mi cocina que surge a partir de la vivencia con las comunidades indígenas, afro y campesinas enmarcadas entre la tradición y la modernidad […] El sabor de Colombia es el protagonista en mi comida”, comenta.
Apelando a la diversidad culinaria que ofrece su país, Leonor plasma su efervescente y desenfadada personalidad aprovechando la diversidad de sabores, aromas y matices que se encuentran en la despensa de ingredientes colombianos. Estos evocan al mar, montañas, manglares, selvas y páramos que confluyen en platos como el pan de achín y la mantequilla de chontaduro con los tamales de achira y hogo de cerdo. Conviven sin afán el atún en costra de hormigas culonas, miel de caña y crema de guandú con una ensalada de tubérculos andinos, hojas de cedrón, caracoles y flores de acedera.

Éxito que trasciende sus fronteras
Para ella, la receta clave en su triunfo ha sido el resaltar las raíces culinarias de su país más allá de la comida típica. “Fui la primera que mostró una cocina colombiana distinta, que se atrevió no solamente a mostrar tradición sino también especies promisorias, biodiversidad” mencionaba la cocinera.
Hoy por hoy Leonor cuenta con tres restaurantes en Colombia: La Leo, Mercado y Leo Cocina y Cava.Éste último ha formado parte de la prestigiosa lista Los 50 mejores de Latinoamérica de la revista británica Restaurant. Los galardones para la chef no se quedan allí, ha tenido la oportunidad de cocinar para los Reyes de España, tener ponencias en distintos eventos gastronómicos internacionales—como Madrid Fusión— y hasta ser considerada en el mundo gastronómico como “La Ferran Adriá colombiana”.
Los logros de Leonor han sido muchos y cuenta con gran reconocimiento internacional, sin embargo para ella el mayor triunfo está en la reivindicación de los sabores de su país a través de su cocina y la conexión que ha conseguido con sus orígenes y las comunidades afro indígenas con las que trabaja en su fundación FunLeo. Para Espinosa su mayor legado sería “un país orgulloso de su cocina”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario